lunes, 1 de febrero de 2010

Blanca de los sueños

Hubo una vez en el reino de Morfeo, el señor de los sueños, una gran pelea entre los sueños ya que querían ser los favoritos de la reina Blanca, quién no sabía qué soñar. La reina Blanca gobernaba el pueblo de las bellas uñas y hace poco tiempo había fallecido su esposo, el rey Garras. Las brujas decían que la única posibilidad que la reina deje de llorar es que sueñe con algo realmente hermoso, pero nadie le decía exactamente qué, ni cómo hacerlo.

Una noche intentó soñar con Winie Pooh, pero no dio resultado porque el oso estaba ocupado jugando con Tigre en el bosque. A la noche siguiente intentó soñar con Bugs Bonny pero estaba divirtiéndose con Sam, el cazador y no quiso atender a los deseos de la reina. La reina Blanca lloraba cada vez más. Su llanto era tan salado que las rosas olían a azufre y el mar ya no era tan agradable como antes. La corte estaba preocupada, tenían que conseguir que la reina vuelva a sonreír, caso contrario pronto comerían sólo sal. Mientras tanto, en el reino de Morfeo aún no decidían qué sueño soñaría la reina.

El mar decía que era el mejor porque una aventura marina animaría el corazón de la reina. Las plantas decían que ellas eran las indicadas porque su aroma le agradaría. – Nosotros somos los perfectos-, decían los animales, - ¡¡ nosotros la divertiremos!!-. No, no, no decía el arco – iris, si sueña conmigo ella volará y será feliz, y así discutían unos y otros hasta que Morfeo decidió que la reina soñaría con todos ellos a la vez. Les pareció justa la decisión y esa noche, después de que la reina cerrara sus ojos apareció el mar y llevó a la reina en un submarino, ella se sumergió en un viaje sin fin en donde vio todas las maravillas de mar, vio un collar que brillaba pero no lo pudo coger. Después estuvo en una magnífica pradera, oculta detrás de los riscos del mar. Allí pudo apreciar el aroma de las flores y las plantas y pudo reírse mirando cómo los animales bailaban y saltaban para ella. Siguió caminando y descubrió una montaña muy bella, más bien se parecía a un nevado, pero con copos de nieve de chocolate, se le antojó comer y subió allá. Vio también que como corona tenía al arco – iris, se alegró mucho al verlo pues vestía los colores más preciosos que jamás haya visto. De la nada apareció Winie Pooh, quién le llevó a través del arco – iris hacia la olla de los tesoros. ¡Fue maravilloso! Soñó con mil y un aventuras, conoció la casa de Bugs y Mickey. ¡Hasta visitó a Alicia en el país de las maravillas! La reina se sintió complacida y a la mañana siguiente, cuando se despertó, su sonrisa de naranja se pintaba otra vez en su rostro. La corte podía estar tranquila, al fin.


publicado por Houda solhi.